Actualmente Nueva Pescanova, nombre que adquiere tras su refundación, opera en 80 países de 5 continentes. Su facturación en 2020 alcanzó los 905 millones de euros y cuenta con más de 10.000 empleados en todo el mundo.
- Después de la crisis por la que pasó la compañía. ¿En qué situación se encuentra actualmente?
Gracias a la capitalización por parte de ABANCA hemos logrado deshacernos de la deuda concursal heredada y sanear nuestras cuentas. En 2020 mantuvimos nuestra rentabilidad operacional y en el primer trimestre de este año fiscal aumentamos nuestras ventas en todos los mercados, lo que nos demuestra que estamos en el camino correcto.
Ahora mismo nos encontramos inmersos en avanzar con los objetivos fijados en nuestro plan estratégico, que hemos denominado como “Rumbo al valor”. Esa es nuestra hoja de ruta a seguir hasta 2024.
- ¿Cómo le afectó a la compañía la llegada del COVID-19 y cómo se han adaptado a la nueva realidad que se vive en estos momentos?
Desde el inicio de la crisis sanitaria, nos centramos en proteger la seguridad y salud de las más de 10.000 personas que trabajan en el Grupo. Solo en España, destinamos más de 5 millones de euros para adaptar nuestras instalaciones, la compra de tests y equipos de protección, etc.
Y es que la pandemia ha supuesto un gran reto a todos los niveles. Nos enfrentamos al cierre de la hostelería y a un consumidor que cambiaba sus hábitos tan rápido como la situación que estábamos viviendo, a lo que nos adaptamos cambiando nuestras prioridades y estrategias de forma constante. Entre otros ejemplos, lanzamos productos ya existentes bajo un formato más reducido y un precio más asequible, menús preparados en raciones individuales listos para su consumo o nuevas soluciones para la hostelería. Gracias a ello, y aunque no llegó a compensar el impacto de la pandemia en food service, logramos unos buenos resultados en el sector retail.
En definitiva, nos centramos en evolucionar a marchas forzadas para dar respuesta a las necesidades cambiantes de nuestro entorno y, gracias a ello, hemos salido reforzados. En este proceso en el que parece que volvemos a una cierta normalidad lo hacemos como una empresa más fuerte, flexible y eficiente. Sin duda, lo aprendido nos está sirviendo para asentar las bases de lo que será el Grupo Nueva Pescanova en los próximos años: una empresa más sólida, que se anticipa, que rompe esquemas y, sobre todo, que se preocupa por la sociedad.
- ¿Se puede afirmar ya que se han alcanzado los niveles prepandemia?
Sí, podemos decir que estamos ya volviendo a cifras prepandemia como podemos ver en los datos de ventas. Por ejemplo en los meses de julio y agosto las ventas totales han crecido un 12% respecto al mismo periodo del año anterior, mejorando incluso los datos de 2019. Esto ha sido a nivel general en todas las geografías en las que comercializamos nuestros productos (80 países en total), aunque EE.UU., Grecia y Portugal son los mercados con mejores resultados ahora mismo.
En cuanto a nuestro negocio en el segmento food service, tan afectado al inicio de la pandemia, vemos que también está mejorando. En el mes de agosto las cifras han sido mejores que en 2020 y 2019 por lo que, afortunadamente, vemos indicios de que estamos volviendo poco a poco a la “normalidad”.
- De una pandemia como esta: ¿se puede salir más fuerte?
Creo que, como nosotros, muchas otras empresas de nuestro sector nos estamos convirtiendo en compañías más fuertes: La pandemia nos ha hecho aprender la importancia de ser flexibles y ágiles a la hora de dar respuesta a las necesidades de nuestros clientes.
En cuanto a los productos, desde el Grupo Nueva Pescanova hemos evolucionado en el uso de nuevas tecnologías, innovando para adaptarnos a las necesidades del mercado y a los nuevos hábitos del consumidor, lanzando soluciones de conveniencia, más fáciles de preparar y tan nutritivas y sanas como siempre como, por ejemplo, la gama “Pescanova y listo!” que presentamos hace unos meses.
- Actualmente se habla mucho del impacto de la luz en una PYME. ¿Qué impacto tiene para una gran compañía?
Como en cualquier compañía, ya sea pequeña, mediana o grande, así como en cualquier unidad familiar, el precio de la luz tiene su impacto. Afortunadamente, nosotros iniciamos en 2019 un proceso de transición energética con la instalación de plantas solares fotovoltaicas en nuestras fábricas, que nos permiten reducir nuestro consumo eléctrico. Actualmente ya está disponible en siete de nuestros centros, que suman un total de 40.000 metros cuadrados de módulos fotovoltaicos, generando una energía de más de 11.759.000 kWh, el equivalente al consumo eléctrico de más de 3.150 hogares españoles. Por ejemplo, en Namibia las plantas de Lüderitz y Walvis Bay están auto consumiendo energía limpia en torno a un 31,27% y al 41,55%, respectivamente.
- Hablamos de sostenibilidad y digitalización: ¿cómo ha implementado la compañía estos aspectos y qué pasos tiene pensado seguir dando?
Ambos términos están muy ligados. La digitalización y los avances tecnológicos nos están ayudando a mejorar nuestros procesos para ser más sostenibles y colaborar en la preservación del medio ambiente. En toda nuestra cadena de valor estamos avanzando en materia de sostenibilidad. Por ejemplo, en pesca hemos renovado parte de nuestra flota con buques más eficientes, en acuicultura hemos colaborado con Repsol en la implantación de un sistema de gestión inteligente para mejorar la eficiencia energética de nuestras instalaciones y, en elaboración, hemos liderado el proyecto Sea2Table 4.0 para implantar un nuevo modelo de fábrica inteligente.
Contamos con 654 acciones responsables en 18 países que contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. En este sentido, hemos sido reconocidos como la primera empresa pesquera por nuestra contribución a los ODS y acabamos de posicionarnos en el top 40 mundial de empresas de alimentación en materia de sostenibilidad de acuerdo con el ranking Food and Agriculture Benchmark del World Benchmarking Alliance. Este ranking, que evalúa el compromiso sostenible de 350 empresas del mundo en el sector de la alimentación y la agricultura, nos sitúa como la primera compañía de productos del mar y la única española en el top 40 mundial por nuestro compromiso sostenible. Y es que, como solemos decir, para nosotros la sostenibilidad no es una estrategia, es LA estrategia.
- ¿Cómo se distribuye el negocio de Pescanova? Es decir, qué porcentaje tiene en las ventas: hogares, mayoristas, restaurantes…
La verdad es que nuestras ventas están muy equilibradas en los diferentes canales. Vendemos al food service y a mayoristas que dan servicio a la hostelería y trabajamos enfocados en dar respuesta a las necesidades de nuestros consumidores a través del sector retail.
- ¿Cuáles son los próximos pasos que va a dar la compañía en España y cuáles son sus planes a nivel internacional?
A nivel corporativo iniciamos hace un año un nuevo rumbo con nuestro principal accionista, ABANCA, lo que ha supuesto una gran oportunidad para nosotros. Con ellos estamos reforzando nuestra estructura financiera y nuestros principales ámbitos de actividad corporativa y comercial. Estamos trabajando en desarrollar un proyecto sólido que nos permita reforzar nuestra competitividad en este entorno tan complejo para seguir innovando y convertirnos en el referente del sector en todos y cada uno de los mercados en los que operamos.
- ¿Qué peso ocupa España a nivel internacional?
Tanto en España como en Portugal, Pescanova es líder en su sector y la mayor marca de productos del mar. Nueva Pescanova forma parte del Top 10 del ranking español de marcas de Gran Consumo y es la cuarta marca con mayor penetración en los hogares españoles dentro del sector alimentación según el Brand Footprint 2020 de Kantar Wordpanel. En el resto de países en donde comercializamos nuestros productos nos encontramos en proceso de crecimiento.
- Cuentan con 62 buques faenando en el hemisferio sur, por lo que su materia prima proviene de alta mar y por tanto quiere decir que trabajan siempre con producto fresco: ¿Por qué tienen tanta mala fama los productos congelados?
Creo que esto ha cambiado y los productos congelados son una garantía de calidad para los consumidores. De hecho, durante la crisis sanitaria, se registró un aumento en la compra de congelados, ya que se asocian con valores como la seguridad, conveniencia, salud, calidad y sostenibilidad.
Y es que el proceso de congelación a bordo nos permite preservar todas las propiedades de los productos del mar. En nuestro caso, además, estamos presentes en toda la cadena de valor: desde la pesca hasta la comercialización, lo que nos permite asegurar la trazabilidad de nuestros productos y su conservación para que lleguen al consumidor con todas las garantías de calidad.
- Han cambiado mucho las costumbres del consumidor en los últimos años: ¿cómo y con qué productos se ha adaptado su compañía a los nuevos tiempos?
Estos meses hemos observado cómo las prioridades de nuestros consumidores también han variado. Estamos ante un consumidor que tiene menos tiempo para cocinar, que apuesta cada vez más por la compra online y que sigue preocupado por la salud. Ante esto, trabajamos de manera ágil en dar respuesta a sus necesidades, desarrollando formatos más flexibles, promoviendo la innovación y la alimentación saludable.
- ¿Cuál es el principal problema o reto al que se enfrenta actualmente el sector del congelado?
La innovación es clave para seguir creciendo y ofreciendo soluciones de producto que den respuesta a las necesidades del consumidor actual. Adicionalmente, creo que es importante dar a conocer todos los beneficios que ofrecen los productos congelados en términos de calidad, seguridad, nutrición y conveniencia.