Iosu, Germán y ocho empleados más son con los que cuenta Arbeondo, una empresa familiar que nació en 2008 cuando su padre, que emigró a EEUU, decidió a su vuelta montar una carnicería. Poco a poco, van dando pasos gracias a la calidad que ofrecen a sus clientes.
¿Cuántas referencias vende actualmente de Arbeondo?
Tenemos 28 referencias y la verdad es que estamos muy contentos por cómo marchan las cosas.
¿Todo lo que ofrecen en su empresa es producto ultracongelado?
Así es. Y es la clave para mantener la calidad de la materia prima con la que trabajamos. Nosotros compramos producto muy fresco, lo procesamos y en 24 horas lo tenemos ultracongelado que es la clave para mantener su esencia, porque sino lo ultracongelas, se forman gotas de agua dentro del producto y eso es un desastre.
¿Vuestros proveedores son todos de Navarra?
Principalmente son de la zona, pero por ejemplo el jamón viene de otras comunidades. Hay que saber aprovechar lo que tenemos aquí y aprovechar lo bueno de otros territorios.
Vosotros sois artesanos, pero me imagino que el proceso de industrialización irá llegando con el tiempo…
Somos una empresa muy pequeña y todo lo hacemos con nuestras manos, aunque iremos incorporando maquinaria para ganar velocidad y poder dar servicio a todos nuestros clientes.
¿Quiénes son vuestros principales clientes?
La hostelería y estamos ya presentes en bastantes comunidades autónomas.
¿Se ha estabilizado la situación económica?
Nosotros estamos creciendo mas que nunca, en concreto un 20% respecto a 2019. Hemos batido todos nuestros récords de ventas y por eso acabamos de invertir otros 90.000 € para mejorar nuestros procesos. Además, lo hemos hecho con financiación propia.
¿Habéis solicitado o pedido algún tipo de ayuda de las que llegarán recientemente de Europa a causa del COVID-19?
La verdad es que no, porque no creo que nos den nada. Pese a que hemos sufrido mucho en la pandemia, nadie se ha acordado de nosotros. Somos un sector muy olvidado y hasta ahora hemos estado muy solos. Yo he hablado con varias instituciones del Gobierno de Navarra y la respuesta siempre fue la misma: “No podemos hacer nada”.
¿Puede ser en este aspecto una ayuda el pertenecer a FROZEN ESPAÑA?
Pues sí, porque si la hostelería ha tenido tanto peso es por lo unidos que están. Para mí es muy importante el que se haya formado esta Asociación porque nos hacía mucha falta. Nos podemos ayudar mucho y más después de haber visto lo solos que hemos estado durante la pandemia. Por eso nos hemos sumado ahora a FROZEN. Cuando se unen los agricultores valen muchos votos, igual ha ocurrido con los hosteleros y nosotros tenemos que ir en esta dirección que al final es lo que les importa a los políticos.
Entiendo que todo el tema de la luz a una empresa como la vuestra os estará afectando…
Por supuesto, pero gracias a que cambiamos el sistema que teníamos y pasar a utilizar energía reactiva, hemos conseguido bajar la factura, así que, si ya bajase el precio de la luz, conseguiríamos un mayor ahorro que destinaríamos a seguir invirtiendo.
¿Las ferias de alimentación las veis como una oportunidad actualmente?
Son fundamentales porque una vez que crees en el producto que vendes, es un lugar idóneo para darlo a conocer. Y si no acudimos a más, es porque no tenemos muchos recursos económicos.
La sociedad mira hacia productos sin grasa y cada vez más saludables, pero vosotros de momento, no estáis en este marco…
Nuestra fritura es muy buena porque la materia prima es de gran calidad. Hubo un tiempo en el que parecía que las hamburguesas iban a desaparecer y mira como ahora el cliente las valoran, pero para eso hay que dar calidad. Luego es muy importante cuidar el cómo se cocina… La gente aprecia el producto casero y al final la comida tiene un componente muy emocional y ahí nuestros productos juegan un papel fundamental.