Entorno a 5 millones de personas viven en zonas de menos de 50 habitantes por kilómetro cuadrado y de ellas 834.737 están ligadas a la industria alimentaria.
Un reciente estudio elaborado por la consultora Kreab y presentado e impulsado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) con la colaboración del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y Cajamar Caja Rural, pone de manifiesto, una vez más, como las empresas dedicadas al sector de la alimentación y bebidas son claves para fijar a un importante número de habitantes en determinadas zonas rurales. Algo que confirmaba recientemente, en una entrevista publicada en la página web de FROZEN ESPAÑA, Benito Jiménez, CEO de Congelados de Navarra: “Nosotros lo que hacemos es fijar población en las zonas rurales al ir buscando la materia prima en las zonas óptimas de producción y generando actividad. Es más, en las zonas en las que nos encontramos podemos llegar a transformar la economía”. Esta industria genera más de 305.424 empleos de los más de 2 millones de puestos de trabajos directos e indirectos que genera el sector, a nivel nacional en estas zonas despobladas.
Según dicho estudio, la industria de alimentación y bebidas (IAB) fija en estas zonas pertenecientes a la España Vaciada a 834.737 personas, entre los trabajadores que dependen de forma directa de las empresas del sector y sus familias. Es decir, más de 300.00 hogares se asocian a la IAB. Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industria de Alimentación y Bebidas (FIAB) quiso remarcar en la presentación del informe que, la contribución del sector en la generación de riqueza supone el 10,6% del PIB de España y asciende hasta el 16,2% en las áreas menos pobladas, apartando al erario público más de 35.000 millones de euros. De las 30.000 empresas que componen el total de la IAB, 4.788 se asientan en la España Vaciada. Estos datos confirman que, en numerosas zonas rurales, el único sector que genera riqueza, es el alimentario.
Pero no solo desde FIAB se hace referencia a términos económicos, sino que también destaca su importante aportación a la sostenibilidad de las zonas rurales ya que, la propia gestión sostenible de la industria contribuye a mitigar el 12% de sus impactos ambientales, mediante la protección del capital natural, gestión de residuos, mejora en la calidad del aire o la propia lucha contra el cambio climático, como aspectos mas destacados. Todo esto, sin dejar a un lado, el beneficio social que se genera en estas zonas ya que el sector de los alimentos y bebidas, esta íntimamente relacionado con la conservación de prestaciones y servicios esenciales, como hospitales, colegios u otras instalaciones necesarias para desarrollar la actividad económica. Por esta actividad y según el Informe citado, se concluye que el sector genera 1.943 millones de euros de consumo inducido.
«Necesitamos acabar con la demonización de productos e ingredientes, al tiempo que precisamos un sistema fiscal equilibrado que no penalice actividades dinamizadoras de las zonas rurales. Además, existe un importante reclamo del turismo gastronómico como eje de crecimiento con más de 100 millones de gasto turístico asociado a él«, quiso destacar García de Quevedo durante su comparecencia. De ahí, y por lo anteriormente tratado, desde FIAB se ha laborado un decálogo con distintas peticiones para favorecer, no solo el mantenimiento de la población en la España Vaciada, sino impulsar su crecimiento atrayendo a los más jóvenes.